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Capítulo 384

Afuera de la oficina, alguien estaba ocupado haciendo cálculos.

Dentro, los gemidos de Adelaide y los gruñidos de Sebastian se mezclaban.

Adelaide estaba recostada en el sofá, su cuerpo completamente sonrojado, emitiendo un brillo sensual bajo la luz.

Sebastian estaba consumido por el deseo, agar...