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Capítulo 301

—Guau.

—Increíble.

En ese momento, Adelaide comprendió la alegría del poder.

—Sebastián, ¿mi viejo ya está despierto?

Pobre Simón, una vida de grandeza, pero nadie a su lado, excepto Zane, ni siquiera parientes de sangre.

Sebastián miró su teléfono —Lo han rescatado y está en la habitación del ...