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Capítulo 61

En ese momento en la mansión, todas las miradas estaban fijas en George y Louisa.

Alguien gritó —¡Sangre! ¡Sangre! ¡Hay tanta sangre!

George miró hacia abajo y se dio cuenta de que sus dedos estaban cubiertos de sangre. El brazo delgado de Louisa estaba casi completamente teñido de rojo.

Sus pupi...