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Capítulo 95

En este momento, en la lujosa pero opresivamente tensa oficina, Elijah corría de un lado a otro como un pollo sin cabeza, ocupado y confundido. Su frente estaba cubierta por una fina capa de sudor, que continuamente le resbalaba por las mejillas y humedecía el cuello de su costosa camisa.

—¿Cómo ll...