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Capítulo 9

De repente, un sonido vino de afuera de la puerta, y parecía acercarse cada vez más.

Jeffrey se despertó abruptamente, casi sentándose de manera refleja.

El sonido era como el de una criatura con garras raspando el suelo de madera, pero el ritmo rápido hacía parecer que tenía muchas patas.

Jeffrey miró hacia la habitación de Charles y vio que Charles estaba inmóvil, lo que le hizo sentir un pánico repentino.

Jeffrey estaba a punto de llamarlo suavemente, pero Charles habló primero en voz baja.

—No hagas ruido.

En la oscuridad, los sentidos de Jeffrey se volvieron increíblemente agudos, y pudo detectar un temblor imperceptible en la voz de Charles.

Entonces, Charles también podía estar asustado.

La vieja puerta permitía que una rendija de luz del pasillo se filtrara por el hueco en la parte inferior, y los extraños pasos se volvían más claros.

Finalmente, una sombra enorme se detuvo afuera de la puerta, bloqueando toda la luz.

Jeffrey se tapó la boca con fuerza, temeroso de que su respiración nerviosa fuera notada. Su corazón latía más fuerte, y su cuerpo comenzó a temblar incontrolablemente.

¿Qué estaba planeando hacer esa cosa afuera de la puerta?

Si entraba en el siguiente segundo, ¿cómo escaparían?

En un instante, la mente de Jeffrey zumbaba como estática en una pantalla de televisión.

No sabía cuánto tiempo había pasado, tal vez un minuto o tal vez un siglo, pero la sombra en la puerta se alejó lentamente, y la luz volvió a filtrarse en la habitación.

La sombra finalmente se fue, subiendo las escaleras.

Todo el edificio estaba inquietantemente silencioso, cada sonido se amplificaba infinitamente.

Jeffrey podía escuchar claramente la sombra deteniéndose en cada puerta de arriba, caminando, deteniéndose de nuevo, y caminando.

Parecía estar buscando su presa ideal, seleccionando constantemente.

Finalmente, el sonido desapareció, y después de un largo tiempo, no hubo más ruido.

Charles y Jeffrey se levantaron simultáneamente de la cama y se acercaron a la puerta en silencio, conteniendo la respiración y presionando sus oídos contra ella.

Para entonces, el sonido del viento y la lluvia afuera casi había cesado, y todo el edificio estaba tan silencioso que el tiempo parecía haberse detenido.

Y afuera de la puerta, no había más sonido.

Había aparecido abruptamente y desaparecido igual de repentinamente, como si ambos hubieran experimentado una pesadilla extraña.

Después de un largo periodo de confirmación, los dos se dirigieron de vuelta a la cama a tientas en la oscuridad.

—¿Qué diablos era esa cosa?

Jeffrey susurró en una voz que solo los dos podían escuchar.

Charles pensó por un momento y dijo

—No estoy seguro, pero escuchaste que tenía muchas patas, ¿verdad?

—Definitivamente no era humano.

Al escuchar esto, un pensamiento aterrador se formó repentinamente en la mente de Jeffrey.

Se le erizó el cabello, y todo su cuerpo se estremeció como si estuviera electrificado.

¿Podría ser que su especulación anterior pudiera ser cierta?

Telarañas, polvo, huevos de insectos.

La señora de la casa con la enorme falda, los numerosos niños, e incluso el amo de la casa postrado en cama pero gigante.

Entonces, tal vez este lugar no estaba destinado para que los humanos vivieran en absoluto.

Sino más bien un nido gigante donde esa cosa almacenaba su comida.

El sonido de las gotas de agua rompió el silencio aterrador, y el hedor nauseabundo se hizo más fuerte.

Jeffrey se levantó de la cama y se dirigió a tientas hacia la habitación de Charles.

Solo había media pared separándolos, pero la temperatura de este lado era notablemente más baja que del otro lado.

—Charles.

La voz de Jeffrey temblaba ligeramente mientras levantaba la mano para sentir a lo largo de la pared.

Charles tenía buena visión nocturna y podía ver claramente el siguiente movimiento de Jeffrey.

Así que bajó la voz y dijo pesadamente

—Te dije, no enciendas la luz. ¿Tienes deseos de morir?

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