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El capítulo 288 puede entenderse pero no explicarse

George y Royce intercambiaron una mirada rápida antes de que Royce fuera a abrir la puerta. Angelina estaba allí, sosteniendo dos tazas de café.

—Hola, Royce —saludó Angelina con una cálida sonrisa—. Has estado trabajando duro. Les traje algo de café. ¿Les importa si entro?

George se unió a ellos ...