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Capítulo 338: Límpialos a todos

El aire del muelle apestaba a cordita y cobre, la mezcla acre quemando las gargantas. Los operativos de la NSA barrían el campo de batalla mientras un joven soldado miraba la sangre acumulándose bajo sus botas, su rostro ceniciento y sus manos temblando incontrolablemente.

Manuel pasó y golpeó el c...