Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 32 Aterradoramente rico

Tan pronto como Elisa llegó a casa, pidió al personal de servicio que la ayudara a mover las pinturas. —¡Oye, ten cuidado con esas! No las golpees ni las rayes. Estas pinturas cuestan una fortuna.

Elisa estaba de un humor fantástico, mirando todas las pinturas que ahora poseía. En poco tiempo, la s...