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106- Porque accidentalmente declaramos la guerra a una corte mágica, pero no fue mi culpa

Las puertas dobles frente a nosotros son enormes, talladas con runas fae que brillan levemente cuando la luz mágica las ilumina. Más allá, puedo escuchar la música, el subir y bajar de las voces, el agudo sonido de las risas fae. Demasiado suaves. Demasiado perfectas. Me ponen la piel de gallina. Ra...