Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 3 Amalie

Suspiré mientras veía a los tres salir de la casa. —Mierda— maldije mientras me levantaba y apagaba la estufa. Genial, ahora tenía estofado de carne quemado en la estufa. Sería un dolor limpiarlo después.

—¿Mami?— susurró Rose, ahora que era seguro.

—Está bien— traté de consolarla.

—¿Quiénes son los gemelos?— preguntó Rose.

Sabía que mi inteligente niña había notado que me puse tensa al mencionarlos.

—Son nuestros próximos alfas del grupo Moonstone, nuestro grupo. Su padre, nuestro actual alfa, quería que encontraran a su pareja antes de tomar el mando— le expliqué, sabiendo que no entendería la mayoría de eso.

—¿Nuestros líderes?— preguntó mientras se levantaba. Rose levantó las manos, indicando que quería que la cargara.

Sonreí e hice lo que ella quería. —Sí, los gemelos son buenos hombres— susurré, o al menos esperaba que aún fueran buenos hombres. Había sido amiga de los dos cuando estábamos en la escuela primaria.

Flashback

—¡Oye!— gritó Markus mientras caminaba hacia la escuela.

Era el primer día de primer grado. Le había rogado a mi mamá que me hiciera una trenza. Ella había refunfuñado mucho pero completó la trenza antes de enviarme por la puerta. Había atado una cinta en mi cabello en el camino. La cinta había sido un regalo de la Abuela Rose. Me había dado una cinta azul, diciendo que combinaba con mis ojos.

Pero aquí estaba, caminando hacia la escuela del grupo. Mi madre había alardeado de cómo mi hermanita estaba comenzando el jardín de infantes. La había cargado en su asiento de auto y la llevó al jardín de infantes en el otro lado del territorio del grupo. Mi pequeña mente siempre se preguntaba por qué estaban en lados opuestos.

—¡Oye!— gritó Markus nuevamente.

Lo ignoré. Papá y mamá dijeron que no tenía permitido hablar con nadie. No quería molestar a mis padres.

—Vamos— murmuró Calyx. Miró a su gemelo menor.

—No, quiero hacer una nueva amiga— Markus hizo un puchero mientras me miraba.

Me detuve mientras la pareja hablaba.

—No podemos llegar tarde— declaró Calyx. Su cabello era negro y lacio. Tenía ojos verdes que parecían una gema en el anillo de mi madre.

—No llegaremos si ella camina con nosotros— sonrió Markus. También tenía el cabello negro, pero el suyo se rizaba ligeramente. Sus ojos también parecían una gema, pero los suyos tenían motas de oro.

—No se supone que hable con nadie— murmuré.

—¡Pero somos tus amigos y futuros alfas!— exclamó Markus como si hubiera cometido un crimen.

—Preséntate— murmuró Calyx.

—¡Cierto! Soy Markus o Mark y este es mi hermano mayor Calyx— dijo felizmente.

Asentí con la cabeza en una ligera reverencia. Mamá me había dicho que debía respetar a los líderes del grupo.

—¿Entonces?— preguntó Markus mientras esperaba.

—¿Entonces qué?— pregunté a su vez, confundida sobre lo que quería ahora.

—¿Cuál es tu nombre? —preguntó Calyx.

—Amalie —susurré.

—¿Amy Lee? —Markus preguntó confundido.

—Amalie —afirmé más fuerte y con determinación.

—Ama, ¡me gusta! —gritó Markus mientras se aferraba a mi brazo—. ¡Tú, yo y Cal seremos mejores amigos para siempre!

—Vamos a llegar tarde —murmuró Calyx mientras comenzaba a caminar hacia la escuela nuevamente.

—Vamos, ustedes dos —gritó otro chico desde una casa en la misma calle.

—¡Estamos viniendo y hemos hecho una nueva amiga! —gritó Markus mientras tiraba de mi mano hacia el otro chico.

—¡Hola, soy James! —se presentó el chico—. Vamos, todavía estamos a una cuadra de la escuela. No puedo creer que convencieras a tus padres para que te dejaran caminar hasta la escuela.

Desconecté a los tres chicos mientras hablaban. Miré mi mano, que Mark todavía tenía agarrada para que no me quedara atrás. Parpadeé como un búho al sentir que Calyx tomaba mi otra mano. No me miró, pero siguió caminando.

Fin del flashback

Los extrañaba. Los extrañaba muchísimo. He deseado que pudieran encontrarme. Rezando a la diosa que cuando tomaran el control de la manada, aún sintieran mi conexión y vinieran a buscarme. Eso, si todavía les importaba.

He estado en reclusión durante siete años. La fecha sería exactamente siete años en el cumpleaños de los gemelos. Traté de no pensar demasiado en ello. ¿Por qué mis padres me sacarían de la escuela unos meses antes de que obtuviera mi lobo? La mayoría obtenía su lobo en su decimosexto cumpleaños, pero por alguna razón, yo obtuve a Beren unos meses antes. Sería un poco más de dos años antes de que pudiera encontrar a mi pareja. No, ese no era un camino de pensamiento que quería seguir.

—Ellos ayudarán —Beren estuvo de acuerdo de todo corazón.

—Sí, en una semana después de que tomen a su pareja elegida —dije, mi corazón dolía al pensar en ellos encontrando una pareja elegida. No tenía derecho a sentirme así.

—¡Antes! —gruñó ella.

—Mira, se olvidaron de mí el día que mis padres dijeron que me había escapado de la manada —gruñí de vuelta. No tenía sentido. Beren estaba convencida de que ellos eran nuestros. Yo había discutido cómo ella lo sabía. Ella había llegado después de que me encerraran y nunca había captado su olor desde entonces. Beren peleaba conmigo que ellos sabían que aún estábamos aquí.

—Mamá, tengo hambre —susurró Rose en mis rizos rubios.

—Está bien, Rosebud —susurré mientras la sentaba en la mesa. Llené un tazón para las dos y me senté en la mesa.

Rose no perdió tiempo en trepar a mi regazo. No había asiento elevado, así que la tendría sentada en mi regazo. Lentamente le di bocados del estofado. Rose tarareaba de disfrute. Sonreí suavemente y le di un beso en la parte superior de la cabeza.

—Por favor, sálvala —susurré a la diosa de la luna.

Previous ChapterNext Chapter