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Capítulo 38 La mujer tacaña y maliciosa

Jonathan se recostó en su silla, su voz cargada de sarcasmo. —No puedes culpar a Melinda. Quiero decir, eres un playboy notorio. Ella solo estaba preocupada por que su mejor amiga se involucrara contigo.

Keith puso los ojos en blanco. —¿Cómo alguien tan universalmente adorado como yo podría ser un ...