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Capítulo 408

—Llegaste. No tenías que hacerlo; podríamos haber manejado esto nosotros mismos.

—No digas eso. Quería estar aquí.

Una voz altiva resonó en la habitación, sonando extrañamente familiar.

Ella contuvo la respiración y miró a través de la rendija de la puerta. En el momento en que vio ese rostro fam...