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Capítulo 218 Deberían ser extraños

Las pupilas de Alexander se contrajeron repentinamente, y apretó su mano alrededor de la de Wendy.

Wendy podía sentir el sudor frío que se filtraba desde su palma, pero sus nudillos permanecían tan inmóviles como pinzas de hierro. —Gilbert, no dejaré que te lleves a Wendy.

Mirando la mano de Alexa...