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Capítulo 384

Me sentía un poco inquieta por dentro, tratando de mantener la calma.

—Brett, es hora de tu siesta.

Según el horario de Brett, efectivamente era hora de que durmiera.

—Te traje algo. Puedes tenerlo después de tu siesta.

Brett se frotó los ojos y asintió. —Está bien, mamá... ¿Qué hay de Briar?

B...