Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 58

Stanley pidió más. —Mi herida duele, no puedo moverme.

—Te traeré una pajilla.

—No, tú aliméntame.

Diana se quedó sorprendida.

Stanley insistió—Con tu boca.

Diana le lanzó una mirada fulminante. Ahí estaba él, diciendo las cosas más descaradas con el cuerpo más débil. ¿De verdad acababa de sobr...