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Capítulo 23

Lorenzo estaba muerto, y el cambio repentino en la situación dejó a todos en un silencio atónito, excepto a Alberta, que parecía indiferente.

Ella recogió sus cuatro dagas cortas, cada una ensangrentada y usada, y las colocó en una bolsa de armas separada. Se volvió hacia James y dijo:

—Felicidade...