Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 165

Como las heridas de Raymond aún no habían sanado, no era conveniente que se fuera. Amelia lo ayudó cuidadosamente a subir las escaleras para que descansara.

Observando a Raymond relajarse mientras se acostaba en la cama, Amelia no pudo contener más su curiosidad. Preguntó suavemente —¿Qué está pasa...