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Capítulo 438 El mejor regalo

Mónica retiró su mano.

De repente, Alexander envolvió su brazo alrededor de ella y la atrajo hacia un abrazo fuerte.

Mónica quedó desconcertada. ¿Qué estaba haciendo Alexander?

Sus labios rozaron su oído, besando suavemente su lóbulo frío. Su voz era baja, algo profunda y un poco ronca. —Niña ton...