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Capítulo 126 Mientras esté aquí, nadie se atreve a intimidarte

El matón lo maldijo como un lunático y luego huyó.

Henry estaba golpeado y lleno de moretones, pero me sonrió suavemente.

—Amelia, los ahuyenté a todos. Conmigo aquí, nadie se atreve a molestarte.

Hablaba tan suavemente en ese entonces, su corazón y ojos llenos de mí. No podía soportar verme sufr...