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Capítulo 383 Lo siento

Alice estaba tan absorta en sus pensamientos que ni siquiera notó que Michael había comenzado a moverse.

Él le besó suavemente la mejilla, luego se trasladó a su clavícula.

No fue hasta que comenzó a desabotonar su camisa que Alice volvió a la realidad.

—¡Michael, quítate de encima! ¿Qué demonios...