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Capítulo sesenta y seis.

Al llegar al coche que la esperaba, Suhana se deslizó dentro, la puerta cerrándose con un suave golpe detrás de ella.

El conductor la miró a través del espejo retrovisor, pero ella no encontró su mirada. En cambio, miró fijamente hacia adelante, con la mandíbula apretada como si se mantuviera unida...