Read with BonusRead with Bonus

Capítulo treinta y cuatro.

Meera parpadeó repetidamente, sus ojos fijos en la mirada penetrante de Siddhartha. Durante los últimos cinco minutos, él había estado mirándola, sus ojos examinando cada detalle de su rostro. Ella se movió incómodamente en su asiento, sintiéndose como un insecto bajo un microscopio.

—Umm... ¿hice ...