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Capítulo doscientos cuarenta y cinco.

Arjun entró en el espacio con la mandíbula apretada.

La habitación estaba tenuemente iluminada, excepto por el resplandor de varios monitores al fondo, donde Anand estaba encorvado sobre el escritorio, tecleando furiosamente.

Siddhartha estaba recostado en un extremo del sofá con un vaso de whisky...