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Capítulo doscientos veintiuno.

Meera presionó el timbre, dando un paso atrás mientras esperaba.

Unos segundos después, la puerta se abrió de golpe, y frente a ella estaba un adolescente delgado con un montón de cabello desordenado, auriculares enormes alrededor del cuello y una expresión de puro aburrimiento en su rostro.

Hasta...