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Capítulo doscientos veinte.

Arjun se quedó paralizado. Sus ojos se apartaron de los de ella por un breve segundo y carraspeó incómodamente. —C-cámaras de seguridad— murmuró.

Meera levantó una ceja, sin impresión. —¿En serio?— preguntó, dando un paso lento hacia él. —Tu oficina no parece exactamente una sala de vigilancia, Arj...