Read with BonusRead with Bonus

Capítulo doscientos ocho.

Sus ojos oscuros brillaban con travesura mientras inclinaba la cabeza, sonriendo.

—¿Qué cosas equivocadas van a asumir, Meera? ¿Que estoy locamente enamorado de ti? ¿Que quiero estar contigo cada segundo del día? Tendrían razón.

Ella resopló, cruzando los brazos.

—Lo que sea. No voy. Estoy perfec...