Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento sesenta y uno.

Meera se volvió hacia Jiya, forzando una pequeña sonrisa. —Estaré bien, Jiya. Solo necesito agradecerle por salvarme y darle esto. Levantó la bolsa ligeramente como si quisiera asegurarse a sí misma. —Además, no le dije a mis padres porque Papá nunca me dejaría salir de casa a esta hora, y mucho men...