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Capítulo ciento cuarenta y cinco.

La señora Madhav frunció el ceño y dejó el cuchillo de fruta. Antes de que cualquiera de ellos pudiera reaccionar, el señor Ahuja irrumpió en la habitación, flanqueado por guardias que luchaban por contenerlo.

Su rostro era una máscara de ira, su respiración agitada, y su mirada fija en el señor y ...