Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento veintitrés.

Meera despertó con un dolor de cabeza punzante y un sabor amargo en la boca. Intentó parpadear, pero su visión se encontró con una oscuridad total.

El pánico se apoderó de ella al darse cuenta de que una tela cubría su rostro.

El tenue olor a polvo y cuerda persistía, y mientras su mente juntaba r...