Read with BonusRead with Bonus

Capítulo ciento cinco

—Bueno, realmente no puedes sacarme de tu mente, ¿verdad? —Veer la provocó suavemente, su cálida familiaridad la estabilizó por un momento.

—Veer —logró decir, su voz apenas un susurro—, ¿dónde estás? ¿Estás... estás bien?

Hubo una pausa, su tono cambió inmediatamente de juguetón a preocupado.

—¿...