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158. Te queremos

ALLISON.

—¡Allison, detente!

En algún lugar, podía escuchar voces distantes llamándome. Pero la ira que sentía dentro era más fuerte que cualquier cosa que hubiera escuchado antes. Así que no me detuve. Mis llamas crecieron más calientes con mi enojo.

—¡Allison!

Entonces, de repente, sentí un br...