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128. Celestina

ALLISON.

Escaneé frenéticamente la habitación buscando un lugar para esconderme, pero mis ojos se abrieron de par en par cuando me di cuenta de dónde estaba.

La enorme sala estaba llena de tanques de tamaño real, cada uno conectado a una maraña de cables y extrañas máquinas. El líquido verde y esp...