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EMERIEL

—Aseguren las ataduras— ordenó la Señora Sinai a uno de sus soldados.

Emeriel estaba suspendido, con los brazos extendidos y fuertemente atados. Las cuerdas se clavaban en su piel mientras los soldados se aseguraban de que estuvieran bien ajustadas.

Su mirada se desplazó hacia una gran ti...