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CUATRO 83

Emeriel estaba llorando ahora, pero también riendo, el sonido era una mezcla de ambos.

Su hombre no le importaba. La besaba por toda la cara, frenético y desenfrenado. —Puedo sentirte —murmuraba entre besos.

—Yo también puedo sentirte —dijo ella entrecortadamente, sus manos recorriendo, tratando d...