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CUATRO 45

Por un largo rato, él simplemente se quedó allí, con la frente apoyada suavemente contra la de ella.

Poco a poco, su respiración se igualó. La rigidez en sus extremidades se relajó. Los dedos que agarraban las sábanas se aflojaron.

Cuando finalmente abrió los ojos, él se encontró con unos profundo...