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TRES 11

Ningún pretendiente se había atrevido antes. Emeriel los habría rechazado con un empujón bien colocado, un golpe rápido o una réplica mordaz. Pero esta noche, se sentía vulnerable, sus defensas desgastadas.

El beso fue una agonía.

Era como mil agujas diminutas pinchando su piel desde todos los áng...