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51 a Celio 2

La mandíbula de Luca se tensó brevemente, pero no apartó la mirada. Alcanzó mi mano, su toque cálido y firme. Llevando mi mano a sus labios, la besó suavemente, sus ojos se suavizaron al encontrarse con los míos.

—Nada nos impedirá estar juntos, Emma —dijo con firmeza—. Mi padre tomó su decisión po...