Read with BonusRead with Bonus

Capítulo 100

Lunes de Locura en Dior

Lo primero que noté esa mañana—aparte de mi secado perfecto y natural—fue la falta de un café familiar en mi escritorio. No había un latte helado de caramelo-velvet firmado por Justin desde la esquina. No hubo un "Buenos días" de mi jefe. Solo el gruñido de Mark Augustine pa...