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A 242

—Bueno, él nunca me lo dijo. Felicidades, Alaska —dijo Andrew.

—Gracias —respondió Alpha.

—Siéntense todos, tenemos un asunto que discutir. Guardias, traigan a las damas.

Jennifer y su madre, Teresa, entraron en la sala y mostraron sus cuellos. Odio esas manadas que hacen eso. Un simple asentimien...