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A 197

Debo estar soñando o mi mamá era una princesa de verdad. Su cama estaba cubierta con montones de cojines de todos los colores. Sentado en medio de su cama había un oso de peluche plateado, igual que el mío. Cuando lo levanté, debí haber golpeado algo. Me sobresaltó, y el oso estaba respirando. No es...