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CAPÍTULO 120

La claridad se había asentado en la quietud nuevamente, el viento se enredaba entre la hierba alta como una canción de cuna. Saphira estaba descalza, los dedos de los pies curvándose en la tierra, los brazos flojos a los lados. Su respiración era lenta y desigual, los restos del último cambio aún vi...