




06
—Jaris, estás aquà —dijo Isolde con alivio—. Por favor, conoce al Alpha Bennett de Ravencrest. Esta es su hija de la que hablamos.
HabÃa dejado de respirar desde que él entró. En ese momento, nada más, aparte del dolor en mi pecho, parecÃa existir.
Los recuerdos que habÃa luchado tanto por mantener enterrados se levantaron con fuerza. Y el nombre 'Princesa' resonaba en mi cabeza, de manera inquietante, querÃa gritar.
¿Él habÃa sido Jaris? ¿Alpha de Darkspire? No podÃa creerlo.
A diferencia de esa noche, cuando me miró con esos ojos encantadores y me llamó hermosa, sus ojos estaban muy frÃos ahora; desprovistos de emoción. No parecÃa el hombre con el que querÃa pasar un dÃa extra. ParecÃa implacable, como un hombre del que querÃa huir lo más lejos posible.
Ahora tenÃa sentido. Esa noche, solo habÃa sido dulce porque querÃa engañarme. Oh, qué tonta habÃa sido. Y cómo debió haberse reÃdo de mà cuando apoyé mi cabeza en su pecho. Debió haber estado disgustado también.
Contemplé huir. No querÃa estar con él; no querÃa ser su Luna.
Pero antes de que pudiera hacer un movimiento, él se alejó, no sin darme una mirada helada.
Luna Isolde parecÃa sorprendida y avergonzada.
—Um. Dis-Disculpa —ella fue tras él.
Padre y yo volvimos a nuestros asientos. Pero a diferencia de él, yo estaba luchando por contener mis lágrimas.
DolÃa. Tanto, tanto. Él habÃa sido un monstruo como todos los demás y me engañó. Nunca pensé que lo volverÃa a ver.
De repente me di cuenta de lo irrespetuoso que habÃa sido con mi padre. Mi padre era un Alpha mayor, y ni siquiera lo habÃa reconocido.
Mi cabeza era un lÃo. No podÃa hacer esto.
Me levanté y empecé a caminar hacia la puerta.
—¿Lyric? —la voz de papá me detuvo—. ¿A dónde vas?
Cuando lo miré, de repente no tuve el valor de decirle que habÃa terminado con esto.
—Yo... solo necesito usar el baño.
—Te mostraré, señora —dijo una criada, dando un paso adelante con una cálida sonrisa.
La seguà por las escaleras hasta el segundo piso donde me mostró una fila de baños. Tan pronto como cerré la puerta detrás de mÃ, rompà en llanto, mi fachada finalmente se disolvió.
Me apoyé contra la puerta y lloré durante mucho tiempo, dejándolo salir todo: el dolor, el rechazo. Solo lo habÃa conocido una noche, pero su traición habÃa cortado más profundo que cualquier otra cosa. Después de obtener mi cicatriz, él fue el primer hombre que me hizo sentir amada, y el primero en quitármelo tan rápidamente. Hubiera sido mejor si nunca hubiera dicho esas palabras y me hubiera hecho pensar que él era diferente.
TenÃa que dejarlo atrás. Era cosa del pasado ahora. No deberÃa dejar que me afectara tanto.
Cuando terminé de sacar las lágrimas, me limpié la cara y salà de la habitación. La criada se habÃa ido.
Estaba tratando de encontrar mi camino de regreso al primer piso cuando escuché pequeños pasos corriendo y me volvà para ver a un niño pequeño corriendo hacia mÃ.
Fruncà el ceño, y por una razón extraña, hubo un dolor agudo en mi corazón.
No podÃa tener más de cuatro o cinco años. TenÃa ojos plateados familiares, el cabello recogido en una cola de caballo y era la niña más hermosa que habÃa visto en mucho tiempo. Pero parecÃa triste mientras corrÃa hacia mÃ.
Se detuvo frente a mÃ, teniendo que inclinar la cabeza hacia atrás para mirar mi cara.
—TÃa, ¿puedes ayudar a mi hermano?
La miré con asombro.
—¿Tu hermano? ¿Está en problemas?
Para mi sorpresa, ella tomó uno de mis dedos y comenzó a tirar de mà en la dirección de la que habÃa venido.
Bueno, esto era extraño. Ni siquiera sabÃa quién era o de dónde habÃa venido. Pero para que viniera a mà por ayuda, su hermano debÃa necesitarla. EstarÃa ayudando a un niño pequeño.
Mientras la seguÃa, miré hacia abajo en la parte donde nuestras manos estaban unidas. ¿Por qué me sentÃa tan tranquila con ella tocándome? ¿Por qué ella se sentÃa tan... familiar?
—Eh... ¿qué tipo de problema tiene tu hermano, cariño? —pregunté.
—Uno serio —sonaba tan triste. Ahora, tenÃa curiosidad.
Finalmente llegamos a una puerta que ella empujó, y en el momento en que entré en la habitación y vi lo que me habÃa traÃdo a ver, mi cuerpo se congeló.