Read with BonusRead with Bonus

198

No fue hasta que Jaris y yo estuvimos lejos del banco que todo el nerviosismo que había estado reprimiendo salió a flote.

Mis palmas estaban sudorosas y temblorosas. Las froté contra los costados de mis jeans, respirando hondo y recordándome que estaba bien.

—Está bien, Lyric. Nadie se atreverá a ...