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44.

En cuanto pronuncié aquellas palabras, todos voltearon a mirarme. Cada par de ojos en la sala de juntas se posó sobre los míos, y yo quise salir corriendo, pero ya había abierto la bocota y tenía que enfrentar aquella situación. Incluso Adrián volteó a mirarme, conmocionado ante la revelación.

Era ...