Read with BonusRead with Bonus

Su Cuerpo

Miré la hora en mi teléfono —otra vez— y la decepción amenazó con abrumarme. Me sentí tonta e ingenua por pensar que Darío realmente vendría a recogerme hoy. Aun así, no podía quitarme de encima la sensación pesada que se asentaba en mi corazón mientras me quedaba parada frente a mi edificio.

Suspi...