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Una Niñera Para mi Hija

––Así que eres Amaya, ¿eh? Nos volvemos a encontrar ––

Me sorprendió verla aquí. Más que sorprendió, realmente estaba hermosa. Su piel era suave e impecable, y llevaba unos shorts negros elegantes, pero aún cortos y una camiseta blanca ajustada. Me picaban los dedos por arrancarle la camiseta y ver ...