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Siguiente Paso

Pronto,

estaba sentada con una bata exquisitamente cómoda, recibiendo un trato de

realeza en el spa. Darío tenía razón. Salí convertida en un charco de

relajación.

Volví al auto, pero en vez de llevarme a la cabaña, el chofer me llevó a una

puerta trasera sin ninguna característica especial.

—El...