Read with BonusRead with Bonus

Nada que agradecer

Después de esa conversación con Charlotta, creí que había dicho todo lo que podía decir en voz alta. Pero mis pensamientos no pararon.

—No fue nada —agito una mano, siguiendo al niño para asegurarme de que no se tropiece con nada o decida meter los dedos en los enchufes—. Solo necesitaba algo d...