Ella nació para sanar, él para destruir.

Renata es todo lo que el mundo parece haber olvidado: compasiva, noble, luminosa. Vive con el corazón abierto, incapaz de odiar, incluso cuando la vida le da razones para hacerlo. Su dulzura no es debilidad: es resistencia. 

Enamorada profundamente de Luziano y él de ella, esta pequeña mujer se convierte en la única grieta de luz en su mundo de sombras.

Él es un hombre que no cree en redención. Implacable, frío, envuelto en trajes impecables y decisiones sangrientas, gobierna desde las sombras como el demonio que todos sus enemigos temen. Pero con ella… algo tiembla.

Renata lo ama sin pedirle nada. Massimo la desea como no la ha deseado nunca. Sin embargo, su mundo no es un lugar para ángeles. Sabe que, si se queda, terminará por destruirla. Por eso, se aleja. La deja ir. Cree estar protegiéndola. Se equivoca.

Meses después, el destino —y la traición más cruel— la empujan al lugar más oscuro que un alma inocente puede conocer: un burdel clandestino donde las mujeres no tienen nombre, solo precio. Vendida. Silenciada. Perdida.

Pero los demonios también saben buscar. Y esta vez, no la dejará atrás.

Ahora ella está en su mundo… Y él será capaz de incendiarlo todo con tal de recuperar lo único puro que ha tenido en la vida.

Un ángel para el demonio

Aunque me encontraba cansado, no podía evitar dormir porque quería grabar cada gesto de Renata. Ella era mi debilidad y eso era lo que tanto temor me causaba. Simplemente, no podía tener un talón de Aquiles porque… No… Pensarlo me daba horror.
Terminé por quedarme dormido. Cuando desperté, miré que...

1: Balas, sangre y tratos sucios

2: ¡Vete!

3: Destrozarle el corazón

4: Adiós, Renata

5: Ayuda rechazada

6: Vendida

7: El gran día

8: El mejor comprador

9: Te amo tanto

10: Un buen padre

11: El cumplimiento del contrato

12: La cruel verdad

13: Recuerdos manchados

14: Complejo de salvadora

15: Luziano herido

16: Ataque sorpresa

17: No te vayas

18: Invitaciones disfrazadas

19: En el nido de las víboras

20: Palabras afiladas

21: Ella no es cualquiera, es mi mujer.