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Pensé que sería...

Después de que Stephanie se fue con un cheque por $16,832.19, Laurel me dio una tímida sonrisa mientras retorcía los lazos de su bata en sus manos.

—Gracias, Mason.

—No hay problema, Conejita. Ya pasó la hora del almuerzo y aún no has comido. ¿Qué te gustaría?

—Ummm, ¿podemos hacer sándwiches de ...